Por: Cristian Molina Mercado
Muchos de los productos que usamos/consumimos diariamente tienen un proceso industrial o natural, durante el cual responden a muchas de nuestras necesidades. La preocupación está en que después del uso útil para la que fueron fabricados, muchos de estos no retornan a un ciclo que favorezca a la ecología y comienzan a denominarse como una “basura” o residuos en desuso. Es entonces cuando comenzamos a tomar conciencia sobre qué podemos hacer respecto a estos restos de materia y qué podríamos hacer para mejorar esta situación.
Con el nacimiento de la industria y del liberalismo, la producción apareció con la idea de darle un tiempo de caducidad a los productos, imponiendo la intención de generar una constante compra y venta, ya que al dejar de funcionar estas cosas y que tuvieran un corto tiempo de uso, las personas volvían por algo nuevo que funcionara. (Documental; Comprar-Tirar-Comprar).
Así fueron provocando un aumento en el consumo, dándole un concepto de “usar y tirar” muy común en la sociedad. Las empresas generaban ingresos y aumentaba la empleabilidad, pero siendo inconscientes de lo que esto empleaba, nacieron consecuencias, tales como: el agotamiento de los recursos, producción excesiva de desechos, contaminación ambiental producto de los gases hacia la atmósfera, líquidos tóxicos para las tierras fértiles, océanos y continentes bajo toneladas de basura acumulada.
Para aclarar un poco, cuando se menciona el “residuo”, se está refiriendo a cualquier producto en estado sólido, líquido o gaseoso procedente de un proceso de extracción, transformación o utilización, que carece de valor para su usuario y éste decide abandonar. Si aplicamos la regla básica de las 3R que básicamente se explica con la relación de; “Reducir” (disminuir el impacto al medio ambiente), “Reutilizar” (volver a utilizar un residuo ya usado), “Reciclar” (darles una nueva utilidad a los residuos no-biodegradables), con esfuerzos mínimos podríamos ejercer una influencia considerable a largo plazo, desde una escala local a una global (Virginie, M. 2011).
Conociendo nuestros desechos, el estado, quien lo genera, y qué lugar ocupa, empezamos a ser más consientes sobre los posibles destinos que obtendrán lo que consumimos o usamos, vemos que el sistema de producción ha ido degradándose y ese descontrol generalizado ha sido el responsable de grandes catástrofes industriales y humanas hacía la naturaleza. Pues en una reflexión de esto, en la entrevista de William Mcdonough, autor del libro de referencia Cradle To Cradle (De la Cuna a la Cuna) nos hace entender de mejor manera el concepto de volver a usar lo ya usado. Menciona que a través del reciclaje “podremos reutilizar los plásticos, vidrios, metal, cosas, e incluso reutilizar ecosistemas si somos parte de ellos, si hacemos la silvicultura sostenible”. El primer paso es negarse a seguir contaminado; “después reducimos, entonces reutilizamos, luego recuperamos y a continuación reciclamos” (Donough, W. 2020).
Al ya tener en cuenta los factores mencionados anteriormente, el objetivo de este trabajo busca sintetizar los problemas en el uso de recursos y el manejo de materiales residuales del hogar, basándose en el apoyo a un estudio anterior sobre la infraestructura verde urbana;

Referencias
Documental: “Comprar-tirar-comprar”. Contenido audiovisual distribuido por RTVE. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=uGAghAZRMyU
Virginie, M. (2011). Los caminos del reciclaje. Ned ediciones. Recuperado de: https://elibro-net.ezproxy.utem.cl/es/ereader/utem/59710?page=11
Gómez. A.(2020), periodista. “Entrevista a William Donough”. Ladera Sur 2020. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=hMLUzGsJEPg
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